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viernes, 24 de noviembre de 2017

EL PASO DEL TIEMPO. ENTREVISTA A UN ABUELO.

ENTREVISTA A DON EDUARDO ROMERO, BISABUELO DE UN ALUMNO DE PRIMERO DE EDUCACIÓN PRIMARIA.

Con motivo del estudio del paso del tiempo y los cambios que se producen en la sociedad, los alumnos de 1º de EP, han tenido un encuentro con Don Eduardo Romero, bisabuelo de David Díaz- Cacho Romero.
Los alumnos se interesaron por la forma de vida de antes y le realizaron la siguiente entrevista:

VICTOR: ¿Cuántos años tiene Usted?

EDUARDO: 88

CLARA ¿ A qué jugaba usted de pequeño?

EDUARDO: Pues jugábamos al palmo, a la rayuela…se hacía una cruz, tirabas un dinero y el que más cerca estaba de la cruz, era el que ganaba. En el palmo se tiraba el dinero a la pared, se medía la distancia a que quedaba con el palmo, si llegabas a él, ganabas, y si no, no ganabas.

DAVID DÍAZ: ¿Cuánto se cobraba?

EDUARDO: Los chavales, trillando, cobraban 4 pesetas, y un pan ya valía 18 pesetas. Los hombres eran 5 pesetas al acabar la guerra.

DAVID G: ¿Cuántos nietos tiene usted?

EDUARDO: 7 nietos.

ELSA: ¿Cuántos años hace que se casó?

EDUARDO: 58 años

VICTOR: ¿ Qué trabajos ha tenido ?

EDUARDO: El trabajo era mucho y, como he dicho antes, se ganaba muy poco. Yo he trillado casi de sol a sol desde los siete años. En plena guerra, yo ya trillaba. Nací en 1929 y la guerra fue en el 1936, por entonces, yo ya trabajaba. Como vosotros no sabréis lo que era trillar, os diré que consistía en ir moliendo la mies con una trilla. Luego se ablentaba y se quedaba la paja por un lado y el trigo por otro. Después la paja se utilizaba para las estufas, que no eran como ahora y para que comieran los borricos y las mulas.
Así estuve trabajando hasta los 15 años, edad con la que empecé a segar con los hombres. Entonces no había cosechadoras como ahora, todo era a mano.

ELSA: ¿A qué otros oficios se ha dedicado usted?

EDUARDO: A la albañilería. También he trabajado de albañil.

CLARA: ¿Cuál fue la canción que más ha bailado?

EDUARDO: Las de Manolo Escobar, que me gustaban mucho.

JORGE: ¿Cuándo es su cumpleaños?

EDUARDO: Yo nací el 18 de junio de 1929

CLARA: ¿Cuál fue el momento más feliz de su vida?

EDUARDO: Cuando me casé y tuve a mis hijos. Hasta entonces la vida había sido un auténtico calvario.

Y el momento más triste fue cuando se murió mi madre el 25 de enero de 1940, a los 9 meses de dar a luz, a consecuencia de un mal parto. Entonces, apenas había médicos y la pobre pasó muchísimo antes de morir, dejándonos huérfanos a cuatro hermanos.

MIGUEL: ¿Cómo era el colegio cuando usted era pequeño?

EDUARDO: Entonces había un maestro para los niños y otro para las niñas. Los niños escribíamos con una pluma y tinta que se sacaba hirviendo amapolas. También escribíamos con tiza.
Algunos niños, que sus padres tenían más dinero, tenían cuadernos. Yo era muy amigo de uno de ellos. Me sentaba a su lado y aprendía de lo que escribía en su cuaderno.

ELSA: ¿Y no se enfadaba porque se fijara de él?

EDUARDO: No. ¿Por qué se iba a enfadar? Éramos amigos y los amigos estamos para ayudarnos.

El encuentro terminó con la recitación de una hermosa y conmovedora poesía sobre un niño, enfermo y moribundo, que intenta consolar a su madre que llora ante la inminente separación.
Don Eduardo termina diciendo que ha pasado momentos muy difíciles en su vida, pero que su fe en Dios siempre ha sido su mejor ayuda frente a la adversidad.

Los alumnos se despidieron con un aplauso y contentos con lo que esa mañana habían aprendido.




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